domingo, 28 de marzo de 2010

El caballero de la armadura oxidada








































Esta es una nueva guía de lectura de "El valor de un Cuento". He realizado la cubierta y diez ilustraciones que acompañan el interior. Para mi ha sido muy grato desde el mismo momento de saber de este proyecto: había leído el libro "El caballero de la armadura oxidada" hace tiempo, en uno de esos momentos en que dar con la lectura adecuada puede ayudar mucho a encontrar sentido a experiencias por las que estás pasando. Ahora, con motivo de este encargo he vuelto a leer este libro. En esta ocasión lo he leido con mis hijas. Pensé que quizá no era una lectura adecuada para ellas y que no llegaríamos al final, pero me ha sorprendido ver como lo han disfrutado, como lo han vivido de intensamente y como lo interpretaban a su manera. Tanto como lectura personal como en la lectura familiar "El caballero de la armadura oxidada" ha sido un experiencia muy provechosa que recomiendo a todo el que no haya leído este libro.



La realización de este encargo ha coincidido con un problema de salud. He tenido  molestias en la zona lumbar, que me han limitado mucho mi actividad. Siento que estas molestias, persistentes, tienen que ver  con el tipo de vida de alguien que está sentado frente al ordenador muchas horas al día. Sé que es necesario el ejercicio físico y mantenerse en un buen estado físico, pero cuando me encuentro ocupado con varios proyectos me olvido de levantarme cada hora para estirarme, de hacer algún tipo de ejercicio de manera habitual y tiendo a ir dejando "para luego" la solución de estos problemas, pequeños en principio, pero que luego de un día para otro comprobamos que realmente nos están condicionando la vida. Los diseñadores, como muchos otros profesionales, estamos muy atadas al ordenador y a un tipo de trabajo que fácilmente nos desconecta de nuestro cuerpo. Algo que llegó para hacernos la vida más cómoda puede convertirse en un verdadero problema. Durante un tiempo he dejado, por las molestias que sentía en la espalda, de salir a correr por el campo, una de las actividades que me resultan más gratificante. Me he sentido muy identificado con el caballero dentro de su armadura. Como el caballero he comprobado también que cuando uno asume la realidad y se pone en camino encuentra grandes aliados dispuestos a echar una mano. En ocasiones anteriores había recurrido a un fisioterapeuta, en esta ocasión después de posponerlo todo lo que pude, encontré un osteópata que me alivió de forma casi milagrosa. He reencontrado el valor extraordinario del yoga y trato de realizar una pequeña tabla de asanas indicadas para la espalda. También hay que analizar que es lo que hay detrás de una tendencia a cargarse de resposabilidad hasta el punto de hacernos daño. En fin, todo un aprendizaje.

Aunque sigo teniendo algunas molestias, siento que va mejorando. La semana pasada me puse (después de varios meses sin hacerlo) la zapatillas y salí a correr. Se siente que el invierno por fin va quedando atrás y va entrando la primavera. Desde casa, en menos de un kilómetro salgo al campo y corro por caminos dónde apenas encuentro a nadie. Me ha emocionado reencontrarme con esa sensación de libertad.

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