El diseño de portadas o cubiertas de libros es una parte destacada del diseño editorial. A lo largo de la historia del libro la linea gráfica, así como la misma función de la cubierta, ha variado mucho. Los códigos gráficos varian también notablemente de una cultura a otra. Al margen de estos vaivenes para mi una cubierta siempre es una ventana para asomarse al interior del libro. Una cubierta bien diseñada ha de captar la atención del lector ya desde la estantería y moverle a tomar el libro entre sus manos y conducirle de manera natural a interesarse por la información de la contracubierta o de las solapas. Ante un libro, además de la vista, juegna un papel importante otros sentidos, como el tacto y el olfato. También una buena portada, como un buen diseño en general, ha de provocar un pequeño destello intelectual en la mente del lector. En ocasiones la imagen de una cubierta permanece en nuestra mente una vez que hemos devuelto el libro a la estantería, de manera que nos lleva a volver sobre ese libro para interesarnos más profundamente por el contenido. En mi caso he disfrutado, y sigo haciéndolo, de este tipo de búsqueda, y de esta manera he descubierto autores que han sido luego muy queridos para mi como lector.
En la mente de los lectores que tenemos ya unos años están presentes todavía frescas las portadas diseñadas por Daniel Gil para la colección Alianza, que además de aportar todo esto conseguían hacer reconocible esta colección sobre cualquier otra. Siento que este concepto de cubierta no ha pasado de moda, sino que está más vivo que nunca en estos tiempos tan cambiantes para el mundo editorial.
Recuedo la colección "Literatura" que Enric Satué, otro de los grandes diseñadores de este país, diseñó para Alfaguara. Satué planteó una colección exclusivamente tipográfica, en la que la textura del papel y la cuidada edición nos hacia olvidarnos de la ausencia de imagen. Esta colección se conocía dentro de la editorial como " la colección azul de Alfaguara".
En los años en que trabajé dentro del mundo editorial, participé en la creación de algunas colecciones y sobre todo en la realización de muchas cubiertas en colaboración con grandes profesionales del diseño. También he encontrado que algunos ilustradores y fotógrafos tienen una especial habilidad para dar en la diana a la hora de crear una ilustración o fotografía para una cubierta de libro.
Actualmente sigo realizando algunas cubiertas; no es ahora mismo una parte muy significativa de mi trabajo cotidiano, pero sigo disfrutando de cada encargo de diseño editorial.
Hoy en día tenemos poco tiempo para detenernos con calma sobre algo. Pero la cubierta de un libro que está durante un tiempo sobre nuestra mesilla de noche nos va a acompañar durante un tiempo, y, al menos mientras dure la lectura de este libro, la vamos a ver repetidas veces y según avancemos en la lectura la vamos a ir viendo con distintos ojos.
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