viernes, 13 de noviembre de 2009

Crismas de ISF


































Estos son dos de los cuatro crismas que he preparado para Ingenierías Sin Fronteras.
Hay campos en los que nos sentimos más seguros y en los que afrontamos un nuevo encargo con seguridad, además de con ganas. Enseguida surge alguna idea que empezar a desarrollar.
Del mismo modo hay encargos que se nos hacen especialmente complicados. Para mi los crismas, o felicitaciones de Navidad, han sido un claro ejemplo de esta segunda situación.
He tenido que hacer a lo largo de mi carrera profesional un pequeño puñado de ellos... y hasta el año pasado esto había constituido siempre un compromiso engorroso.

Hay trabajos en los que nuestra imaginación encalla y todo lo que se nos ocurre vienen a ser clichés. Por regla general los crismas que podemos encontrar por ahí suelen recurrir a unos cuantos elementos comunes tratados con mayor o menor acierto. Pero no destacan desde luego por ofrecer una visión fresca. Esto que aquí comento es una impresión muy personal y estoy seguro que hay muchas y notables excepciones, pero no son las que suelen llegar a nuestras casas y oficinas.
El año pasado con este crisma, de alguna manera cambió mi manera de enfrentarme a este reto.
De la pereza y la obligación, he pasado a disfrutar de estos encargos. Este año para ISF he preparado cuatro modelos de felicitación y me he sentido a gusto trabajando en ello.
¿Como se produce un cambio así? Desde luego es interesante detenerse y tratar de analizar esto, ¿Qué he cambiado en mi manera de enfrentarlo?



En principio puedo ver que anteriormente bastaba saber que tenía que realizar un crisma para que la mente se estrechara en torno a las ideas convencionales del Árbol de Navidad (tipo abeto), los adornos... y poco más en lo formal. En cuanto al color, algo similar me llevaba a encerrarme en una combinación de rojo y verde que además me resulta bastante antipática.
Aquí creo que tengo que desviarme un poco y hacer un inciso. La Navidad es una fiesta de origen cristiano. Muchos de los motivos que tradicionalmente se han empleado para felicitar estas fechas han mirado de forma directa a personales a situaciones de esta tradición; el niño Jesús, el Nacimiento, los Reyes Magos... Mayormente hoy las empresas tratan de enfocar sus felicitaciones de Navidad hacia terrenos menos comprometidos con un credo concreto y que puedan ser interpretadas por personas creyentes o no creyentes. Se trata de buscar un mensaje que haga énfasis en lo que nos une como seres humanos, independientemente de la Fe de cada cual. En esta búsqueda es fácil caer en lo kitsch o en lo ñoño y ese temor puede también bloquearnos.

Viendo todos estos antecedentes, ¿cómo hacer para vencer este bloqueo creativo?
En mi caso preparé con antelación un trabajo de documentación. Es adecuado para mi crear una carpeta de ideas. Esta carpeta puede ser una carpeta propiamente en el ordenador, dentro de la carpeta del trabajo, o una carpeta de gomas donde vayamos metiendo recortes o bocetos, pero se trata de no tenerlo todo en la cabeza. Ver ejemplos de materiales realizados por otros estudios, buscar en la web, en blogs, etc. ¿Por qué nos gustan aquellos ejemplos que nos atraen?, ¿qué tienen de especial que los aleja de la norma y nos comunican algo más?
Me gusta también crear una lista de conceptos, ¿Qué es en última instancia lo que quiero transmitir?. Conceptos para este caso como nacimiento, re-nacimiento, solidaridad, amor, amistad... pueden servir para ensanchar la « idea» que tenemos de la Navidad.
Después de este trabajo, si es posible está bien tomarse un breve tiempo para dejar esto reposar. Dirigir nuestra atención en otra dirección, centrarse en otro trabajo o dar un paseo. Luego comienzo a realizar apuntes o ideas sueltas a lápiz, las ideas en ocasiones nos pillarán en la mesa de trabajo pero también surgirán en cualquier momento del día y quizá la más idea más estimulante nos llegue paseando o en la ducha; se trata de no dejarla escapar. Cuando tenemos ya varias ideas ponerse a darlas forma en el ordenador se hace algo natural. Bajando a un terreno muy concreto, ha sido un reto trabajar con colores directos, especialmente con la tinta plata.

Creo que para conseguir estimular la creatividad y, en la misma medida, disfrutar del trabajo, el asunto fundamental es liberarse del miedo: miedo a improvisar, miedo a fracasar, miedo a apartarse de lo convencional, miedo a que no nos consideren suficientemente profesionales.

Es un camino largo, que no termina nunca. Pero en este caso concreto siento que ahora lo afronto con más libertad y confianza.

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