miércoles, 22 de octubre de 2008

Congreso Familia y globalización






Los pasados días 14, 15 y 16 de octubre tuvo lugar el Congreso Familia y globalización: ¿qué globalización, para qué futuro? organizado por la FAD, para el que he realizado el diseño gráfico. Escribí una entrada anteriormente referida al diseño de la imagen del congreso.
Como en años anteriores me gusta asistir el primer día del Congreso y ver el resultado del trabajo realizado. Para mi es un acto de responsabilidad comprobar el resultado in-situ, para poder detectar que cosas se pueden mejorar de cara a futuras convocatorias. Me gusta encontrarme con las personas con las que he colaborado para este proyecto y que en general trabajo de manera habitual. El escenario no era un panel fijo como en años anteriores sino una lona sobre la que se proyctaban distintos elementos: una pantalla para proyectar un primer plano del ponente y un globo terraqueo con manchas de color animadas. Todo lo que tiene que ver con lo audiovisual lo ha realizado el estudio KNR. La animación que adjunto es uno de los primeros «bocetos» que realizaron. Me encantó ver esto en movimiento.
Por otra parte es muy instructivo el ser de nuevo un oyente y dejarse empapar por información y el punto de vista de diferentes expertos. Recuerdo que al recibir el encargo, hace prácticamente un año, el termino «globalización» tenía unas connotaciones distintas a las que ha empezado a tener después del verano. Eramos conscientes que la globalización era algo que estaba cambiando el mapa del mundo y, aunque sin duda estaba influyendo en nuestra vida, no lo apreciábamos todavía de una manera tan directa con ahora mismo. Los acontecimientos recientes como la crisis económica han hecho que este fuera un congreso más anclado en la realidad de lo que en principio apuntaba.

Siento la necesidad de hacer aquí algunas reflexiones personales:
Muchos de los acontecimientos que tiene lugar cada día, tienen ahora mismo como trasfondo éste fenómeno de la globalización. Muchas veces provoca desasosiego comprobar como los máximos responsables de conducir los cambios fundamentales que han de realizarse actúan motivados por el egoísmo, la avidez y el miedo. El sistema se muestra ahora, de manera clara para quien quiera verlo, como insostenible. La crisis actual nos obliga a abrir bien los ojos, a dejar de engañarnos y a exigir que no se nos engañe. La avariacia de unos se muestra ahora como una estafa a la mayoria y sobre todo, a las futuras generaciones que habrán de heredar la Tierra que les dejemos nosotros.
Se habla mucho de sostenibilidad como idea clave para el mundo que ha de surgir y la impresión que tenemos es que no tenemos muchos años para realizar los cambios necesarios. Esos cambios han de alcanzar a la economía, pero también nuestro modo de vida y nuestros valores.
Tenemos que aprender a salir de nuestro miedo y ponernos en el lugar del otro, tomar prestada la perspectiva de las generaciones futuras. Hace unos años conocí a Joanna Macy y tomé breve contacto con sus enseñanzas basadas en la Ecología profunda. Hoy siento estas enseñanzas como especialmente valiosas para indicarnos el camino.
La mayor parte de los problemas desaparecerian si pudieramos dejar de pensar en nosotros mismos (siempre «yo», siempre «mi») y pensáramos de una manera colectiva, verdaderamente global. Hay caminos necesarios que apuntan hacia ese cambio interno. Cada uno de nosotros debe buscar el que mejor se adapte asus circunstancias.
Le preguntaron al maestro Zen Thich Nhat Hanh, “¿Qué es lo que más necesitamos hacer para salvar nuestro mundo?” Su respuesta fue: “Lo que más necesitamos hacer es oír dentro de nosotros los sonidos de la Tierra llorando.”
Necesitamos escuchar de verdad ese llanto y ponernos en marcha.

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