jueves, 2 de agosto de 2012

En el principio...







































Encontré el otro día esta pequeña historieta, que publiqué hace mucho tiempo. Apareció en la revista InJuve (Revista del Instituto de la Juventud) en abril de 1992.

Unos años antes yo seguía con gran interés lo que en historieta se publicaba en nuestro país. La revista gráfica Madriz (1984-1987) posibilitó que surgiera un grupo de ilustradores y narradores, muchos de ellos excelentes. Algunos de aquellos ilustradores se cuentan hoy entre los mejores ilustradores de este país.

Madriz contó con la dirección editorial del guionista Felipe Hernández Cava, sin duda la persona clave para que aquel medio fuera posible. Yo llegué a publicar varios trabajos en esta fantástica revista, donde cabía la experimentación formal, la sorpresa y una grandísima variedad de registros gráficos y visiones creativas distintas.

Aunque siempre me dejaré a alguno me gustaría mencionar a algunos de los ilustradores y narradores que aparecían más habitualmente en aquella revista bimensual y cuyos trabajos seguía casi con devoción: el estilo sintético y la narración poética de Federico del Barrio, la plasticidad y experimentación formal de Raúl, el dibujo enigmático y las historietas filosóficas de LPO, la descripción viva de la ciudad de Madrid de Jorge Arranz, los enigmáticos dibujos de OPS, la fresca y personal manera de narrar y dibujar de Javier de Juan, la maravilla gráfica de cada dibujo de Ana Juan, Fernando Vicente, Ceesepe, Diego, Víctor Aparicio, Keko, Javier Olivares...

En aquel entonces comenzábamos a descubrir los ordenadores, que llegaban para revolucionar la forma de diseñar, aunque internet era todavía un experimento que no tenía ninguna ni influencia en la vida del común de los ciudadanos. ¿Cómo era la vida sin correo electrónico?; es curioso hacer este ejercicio de memoria.

Pienso que entonces, un creador joven tenía mucha más dificultad de llegar a publicar su trabajo y hacerlo llegar a su público. Sólo existía el papel, y para llegar a publicar lo habitual era concertar una entrevista personal y acudir dicha reunión con una carpeta descomunal. Hoy en día internet da la posibilidad al creador de dar el mismo cierta difusión a su trabajo. Dependerá luego de muchos factores que realmente llegue a un amplio porcentaje de espectadores, pero evidentemente la web ha cambiado todo.

La revista del InJuve fue algo posterior a Madriz, recogió parte de la energía que ésta había generado, pero siento que ya no tenía la misma independencia. Me ha parecido interesante publicar esta historieta de dos páginas en mi blog. Quizá alguien la viera entonces y pueda recordarla, serán sin duda los menos. A otros quizá les pueda chocar este tipo de trabajo en este espacio. Viéndolo revivo la gran admiración que tenía por muchos ilustradores y el disfrute de realizar este tipo de trabajos tan personales, en que hay una gran libertad de creación. La técnica es acuarela sobre papel; sí, todo tradicional.

En los últimos años una parte del cómic y del público ha evolucionado hacia lo que se ha convenido en llamar novela gráfica. La historieta sin llegar a ser mayoritaria ha madurado. Un cómic con temática y formas de narrar dirigido a un público que busca algo más que entretenimiento. Se acerca la historieta al mejor cine y literatura y muestra compromiso con problemas de nuestro tiempo, desde una libertad e independiencia que pocos medios pueden ofrecer como este.

Algunos de aquellos ilustradores hacen excelentes trabajos y se pueden seguir a través de sus blogs o de sus páginas de Facebook. Descubro hoy fantásticos ilustradores y autores de cómic jóvenes a través de sus propios blogs. No sólo españoles sino franceses, estadounidenses, latinoamericanos... En un tablón de Piterest voy recopilando algunos de ellos, iré ampliando sin duda. Nos muestran sus bocetos más espontáneos y personales realizados a lápiz y otras veces trabajan directamente con una tableta gráfica frente al ordenador. Un mundo apasionante y en cambio constante. Lo único que es igual hoy a lo que era entonces es el trabajo solitario de largas jornadas en el estudio.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Jesús,
He pasado un rato releyendo tu blog y echando para atrás en el tiempo hasta post más antiguos que no había leído. Escribes tan claro y con tantos detalles que merece la pena volver a leerte porque siempre aprendes algo.
Cuando he leído este post he saltado a mi librería para buscar un antiguo ejemplar de la revista Injuve, pero no era la que tenía tu cómic, es la de 1991...
Para mi también Madriz fue una revista especial. Siempre me ha gustado el cómic, y entonces leía Rambla, el Víbora y otras revistas de la época, pero Madriz fue algo nuevo, fresco y que daba ganas de dibujar.
Raúl, Javier de Juan, Ana Juan, Javier Olivares, del Barrio,... son todavía dibujantes que me siguen gustando. Tengo que sacar la colección de Madrizes y darle un repaso!!,
j.ruiz

Unknown dijo...

Hola J.Ruiz,
me ha alegrado recibir tu comentario en esta esntrada. Por lo poco que sabía de ti a través del foro de Mymicrostock, pensé que eras más joven pero debes ser de mo quinta; los gustos nos delatan. Los jóvenes se perdieron la maravilla que fué la revista Madriz. A aquellos que disfrutan de la ilustración debo recomendarles buscar esa colección y empaparse de la creatividad y riqueza gráfica que desplegó a lo largo de unos 30 números. En esa época uno de mis sueños era ver publicado algunos de mis comic en ella, junto a los ilustradores que comentas (maravillosos). Llegué a publicar un par de historietas de doble página. Seguramente fué la primera vez que cobraba por mi trabajo como ilustrador. Luego la cerraron de improviso y tantos y tan buenos ilustradores siguieron caminos diversos. Algunos de ellos siguen ahí desarrollando un estupendo trabajo, otros, abandonaron la ilustración y el comic, o al menos yo les perdí la pista. Es cierto lo que comentas, hojear la revista Madrid y que entren ganas de dibujar es todo uno.

Anónimo dijo...

Me pasó lo mismo que a ti, yo también pensaba que eras más joven y me sorprendí al leer este post.

Jesús Sanz Perrón dijo...

Los años, ay los años que, contra lo que comúnmente se dice, no traicionan, es la vida que nos sorprende y nos traiciona. Lo dice alguien con alguna experiencia.Total son 84 años de nada. Y a seguir esperando. A todos FELICIDADES ¡